“La fiesta de las salchichas” es una película para adultos. Así, sin titubeos ni vacilaciones, el film se asienta como una historia que rebusca en las costumbres americanas para realizar una crítica bañada en un humor ácido, muy particular, que otorga a “Sausage Party” una personalidad única.
Antonio Mateo/Sociedad
Acudir al visionado de “La fiesta de las salchichas” supone presentarse ante la exhibición de unos personajes peculiares que, juntos, dan forma a una película irreverente, que explora los límites del humor ácido para realizar una crítica del negocio de la religión, los tarotistas, los adivinadores y la sociedad de consumo en Estados Unidos.
Una salchicha y un pan de perrito caliente son los protagonistas que ponen el punto dulce a la historia. Juntos dedican las horas de sus días a esperar en un supermercado la llegada de un dios -simbolizado en el cuerpo de un ser humano- que lo traslade a la tierra prometida, sin saber que les espera en tal fantástico lugar. Esta metáfora queda reforzada cuando los directores Conrad Vernon y Greg Tiernan utilizan la bolsa contenedora de los productos como símbolo de barrera para que los protagonistas puedan disfrutar libremente de su amor.
Es en la pretensión de hacer una comedia donde radica el germen del problema de “Sausage Party”. El humor queda disperso y poco visible, salvo contados gags que si me producen cierta risa, en una colección de mal lenguaje, escenas explícitas, visiones gore sin control que desborda hasta quedar en mucho mal gusto. Buena parte del humor de esta historia ocurre en el final porque ese in crescendo hace que, al final, salgas del cine con el sabor de boca de haberte reído. Aunque sea un rato, eso sí. Porque la película funciona mejor como crítica de la sociedad que cuando se le coloca la etiqueta del humor, “La fiesta de las salchichas” te deja con la sensación de que estaban todos los ingredientes encima de la mesa para conseguir hacer un muy buen producto pero fracasa en su puesta en escena.
Es recomendable si… tiene interés en ver una crítica a los valores tradicionales americanos.
No vaya a verla si… tiene usted intención de reírse mucho y nunca, jamás, si lleva niños.
Nota: 4/10
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