El juicio comenzará a principios del año que viene, y a los hermanos se les acusa de delitos contra la integridad moral, detención ilegal y apropiación indebida continuada.
Redacción / Última Hora
Según informa Abc, en tres semanas se cumplirá el segundo aniversario de uno de los sucesos más inexplicables acaecidos en los últimos años en Dos Hermanas, pues el 15 de diciembre de 2015 un enfermo mental fue liberado por la Policía Nacional después de pasar al menos cinco años encerrado en un sucio palomar de tres metros cuadrados, situado en la parte superior de una vivienda de nuestra ciudad. Dicho habitaculo que sólo disponía de una pequeña ventana sin cristal y un viejo catre, fue la celda donde vivió en condiciones infrahumanas Carlos Ríos Rivas, conocido en la localidad nazarena como Pasoslargos por su particular zancada.
Los responsables de este terrible encierro eran dos hermanos de la víctima, Guillermo y Águeda, quienes se sentarán en el banquillo de los acusados a principios del año que viene, acusados de delitos contra la integridad moral, detención ilegal y apropiación indebida continuada, y para los que la Fiscalía ha solicitado penas que suman 16 años de cárcel.
De esta forma, según explica Abc, el escrito del Ministerio Público relata como el cautiverio de Pasoslargos llegó a su fin por una casualidad, pues la Policía había acompañado a su hermano Guillermo a la vivienda familiar después de haber protagonizado un altercado en un bar, de modo que, «a su llegada, los agentes se sorprendieron por la existencia de una puerta bloqueada con candado en el pasillo de la vivienda», la cual se podría abrir desde el exterior. Entonces Guillermo le reconoció a los policías que allí tenían confinado a su hermano Carlos debido a su estado mental, mientras que su hermana se acercó al domicilio al comprobar que estaba allí la Policía, y, «temerosa de que se descubriese las lamentables condiciones en las que vivía», Pasoslargos les dijo a los agentes que tenían que mantenerlo encerrado por su seguridad.
Entonces, en virtud de lo señalado por Abc, los agentes ordenaron al hermano que les abriera el candado, y, en una especie de palomar, encontraron finalmente a Carlos «en un deplorable estado de salud, desnudo y sin unas mínimas condiciones higiénicosanitarias», tal y como explica el Fiscal. Una vez rescatado por los agentes, Carlos fue derivado de urgencia al hospital de Valme, donde ingresó en su Unidad de Salud Mental, en la que permaneció durante un mes, hasta que fue dado de alta, y posteriormente trasladado a una residencia de ancianos de Alcalá de Guadaíra, donde discurren sus días con tranquilidad y con toda la dignidad que le robaron sus hermanos.
Tal y como explica Abc, la víctima tenía 59 años cuando fue liberado, y había sido diagnosticado de un síndrome psicótico agudo en 1974, cuando tenía 18 años, y después de varios episodios sufridos desde la infancia. Su madre y su hermana mayor se hicieron cargo de él hasta que fallecieron, de modo que los agentes investigaron en su pasado para comprender cómo se había podido esfumar de la vida diaria sin que nadie diera la voz de alerta, de manera que descubrieron que no había sido atendido por ningún médico en 30 años y sus hermanos le medicaban a su antojo, del mismo modo que, en 1998 la Junta le reconocía un 70% de incapacidad que le abría la puerta al cobro de una pensión, pero «los encausados, lejos de procurar a su hermano Carlos la asistencia necesaria y ante las molestias que su cuidado les pudiera ocasionar, decidieron someterlo a un régimen de encierro permanente», de igual forma que vieron en él una vía de ingresos extra, pues su hermana Águeda, según la Fiscalía, era la encargada de sacar el dinero que recibía Carlos de las administraciones públicas como huérfano y discapacitado. En total, tal y como informa Abc, los acusados se habrían hecho con 64.329 euros entre 2011 y 2015, a razón de unos 13.000 euros anuales. La última extracción de dinero la hicieron el 28 de diciembre de 2015, cuando ya estaban siendo investigados.
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