«El problema más destacable sea el que respecta a la biblioteca. Cada año, en la época de exámenes, las salas de estudio se abarrotan de estudiantes, mientras que otros deben irse a casa, debido o bien a la falta de espacio, o bien a las pésimas condiciones».
Juventud en Marcha – Tribuna Libre
Son numerosas las ocasiones en las que, complacido, he visto carteles en las calles
que presentaban eventos enfocados hacia los jóvenes. Sin embargo, dicha complacencia se esfumaba tan rápido como venía. Es tan fácil como pararse a pensar “muy bonito el concurso de cómics, o el concurso de cortos, pero ¿y qué hay de mi vida cotidiana? ¿Qué hay de mi día a día? El Ayuntamiento intenta comprar nuestro aprecio tratándonos como a niños y niñas pequeñas a las que se les ilumina la mirada con un caramelo. Nos pintan una ciudad volcada en sus jóvenes cuando la realidad es bien distinta.
Tomando un ejemplo reciente, hace unas pocas semanas fueron colocadas las
“nuevas” canastas de baloncesto en la pista del barrio de Las Infantas. La razón por la que pongo comillas es debido al estado en que se encuentran los tableros, en los cuales se aprecian arañazos y demás pruebas de lo antiguos que son. A esto hay que añadir que la calidad de los mismos da para que aguanten, a lo sumo, unos pocos meses. Esto tan sólo es un ejemplo del maltrato que sufren las instalaciones deportivas de nuestro municipio. También podemos encontrar pistas de fútbol con el suelo en mal estado, sin redes, y algunas de ellas hasta sin porterías.
En el ámbito académico las cosas no van mejor. Desde 2013 llevan vendiéndonos otra universidad en Dos Hermanas, una universidad privada y católica. Después de más de 4 años diciendo que iniciarían las obras, el pasado 7 de marzo se colocó la primera piedra de dicha universidad, por supuesto bendecida por el arzobispo de Sevilla, faltaría más. ¿Y qué gana Dos Hermanas con todo esto? A cambio de la cesión de una ingente extensión de terreno, la Loyola dará 21 becas para estudiantes nazarenos. Sí, 21 becas, para una ciudad de más de 132.000 habitantes; juzguen ustedes. Más allá de esta noticia de risa, para lo único que servirá la Loyola es para que los hijitos e hijitas de los ricos sevillanos vayan a estudiar ahí, pues dudo que un nazareno de a pie pueda permitirse pagar 6.000€ al año para los estudios de su hija o hijo.
Aunque seguramente el problema más destacable sea el que respecta a la biblioteca. Cada año, en la época de exámenes, las salas de estudio se abarrotan de estudiantes, mientras que otros deben irse a casa debido o bien a la falta de espacio, o bien a las pésimas
condiciones. En esta situación convergen diversos problemas: la falta de salas (algunas de las cuales, para colmo, cierran llegada cierta hora), la escasez de mesas y sillas, la poca cantidad de enchufes, la mala señal de Wi-fi, la falta de un buen sistema de climatización, los problemas de ruidos, etc. Mientras que solucionar estos problemas no es ni difícil ni caro, el señor Toscano prefiere convertir a Dos Hermanas en un chiste sobre rotondas.
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