El fútbol en España; negocio antes que deporte
Opinión/tribuna libre
Ya lo decía el gran Ronaldinho: «el fútbol no se juega ni por dinero, ni por fama. Se juega por diversion». Pues eso, hasta hace algún tiempo no muy lejano el fútbol en España era un deporte, y como tal sólo servía para hacer disfrutar a la gente. Ahora se ha convertido en un negocio que las altas esferas de nuestro amado deporte, e incluso los propios jugadores, usan para sacar tajada a costa de los aficionados y su pasión.
Ya no importan las aficiones ni sus sentimientos porque el dinero se ha convertido en el motor del fútbol, y si a un jugador le ofrecen una oferta multimillonaria para irse a un club galáctico, la acepta sin más, por mucho que diga que su club anterior siempre será el club de su alma. Esto no es fútbol, llamarlo como queráis, pero no digáis que es fútbol.
«Muchos de los jugadores actuales son carne de mercado»
Ya estamos cansados de ver la bestialidad que cobran actualmente los jugadores por dar patadas a un balón. Pero eso no es lo malo, lo realmente malo es que todos apoyamos a ese tipo de jugadores como Messi o Cristiano, e incluso nos peleamos por ver quien es mejor. Lástima que no se siga el ejemplo del fútbol del Siglo XX, de esos jugadores peludos que nos hacían vibrar con cada gol, y no cobraban ni la mitad que ahora, ni mucho menos los medios hablaban mas de sus músculos de gimnasio que de sus goles, como ahora. Duele decirlo, pero muchos de los jugadores de ahora no son más que carne de mercado.
«Tebas y Villar están realizando una nefasta labor «
Con respecto a los señores Tebas y Villar, que controlan el fútbol desde sus despachos creyéndose dioses del Olimpo, tengo que decir que su nefasta labor al frente del deporte rey, nos ha llevado a una mercantilización del fútbol sin límites, empezando por tener que pagar para ver los partidos por televisión, y acabando por adaptar los horarios a los países asiáticos, con el mero objetivo de ganar dinero, sin importarles los aficionados que cuando su club juegue fuera y no puedan ir al estadio a animar, tampoco puedan ver el partido a no ser que tengan que pagar.
A semejante barbaridad, cuyo único culpable es el dinero, no hay derecho, es impermisible que se juegue con la pasión de miles y miles de aficionados, que día tras día esperan a que llegue la hora de jugar de su club. ¿hasta cuando va a durar esta mercantilización del deporte? ¿podremos volver a disfrutar algún día de lo que más nos guste sin tener que prestar atención al dinero y al mercado?