Tras las lluvias caídas durante todo el día de ayer, el parque de Bomberos sufrió inundaciones en las instalaciones que pudo dañar parte del material.
Rodrigo Gamero/Última Hora
El parque de Bomberos vuelve a ser protagonista un día más, esta vez no por la rapidez de los equipos al apagar un incendio o rescatar a algún accidentado. Sino por las condiciones en las que aparece después de una jornada de lluvias.
Goteras, techos calados, suelos resbaladizos, humedad y equipos dañados. Las taquillas caladas de agua, lo que moja la ropa de intervención. El nuevo parque se convierte en una imperiosa necesidad para que los profesionales puedan desarrollar una labor tan importante en las mejores condiciones y que sus horas de descanso y esparcimiento sean lo más cómoda posible y no tengan que estar recogiendo o achicando agua.