Derriban las viviendas de las dos familias nazarenas
El coste del derribo, unos 7.000 € tiene que ser sufragado por las familias.
Una sentencia judicial de hace 14 años ha acabado hoy con el derribo de las viviendas de Sara y Mónica. Esta última se queda sin lugar donde vivir, de momento se ha realojado con sus dos hijos y su marido, en casa de otra hermana en Dos Hermanas. Sobre las 11:30 tal y como estaba previsto, llegaba la maquina para derribar las viviendas ubicadas en la Ruana Baja, entre Dos Hermanas y Alcalá, aunque estas concretamente pertenecen al término municipal de Alcalá de Guadaira.
Jesús, el propietario de la vivienda no pudo con la tensión del momento y tuvo que ser trasladado al centro de salud de San Hilario tras sufrir un ataque de ansiedad. Finalmente ambas viviendas han sido derruidas. Tal y como ya publicaba este medio ayer, las casas están construidas en un terreno rústico, a pesar de que los propietarios de las mismas están pagando impuestos al Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra como si estuvieran en suelo urbano. Las casas pertenecen a dos hermanas, Sara y Mónica Ramos. La primera reside en Madrid. Mónica, sin embargo, tenía su residencia habitual en esta vivienda. Ningún miembro de la familia tiene trabajo y viven de una pensión del marido, Jesús. La semana pasada, cuando atendió a este periódico, Jesús trataba de obtener algún aplazamiento del derribo mientras su mujer y sus hijos estaban confinados por tener covid-19. No ha podido ser.
La paradoja del caso es que, con la nueva ley andaluza de impulso para la sostenibilidad del territorio (Lista), de diciembre de 2021, sí se podría construir en el terreno sobre el que ahora se levantan las casas. Sin embargo, se ven obligados a ejecutar una sentencia anterior que ordena el derribo de las viviendas. Aún así, el juez el juez estima que la situación no ha cambiado, el terreno sigue siendo rústico y no se ha recalificado, y no concurre ninguna circunstancia nueva como para que no se haya ejecutado su sentencia.