Jacko no pudo resistir y murió en escasos 20 minutos sin llegar a tiempo al veterinario. Al menos hay dos casas más.
Redacción/Actualidad
Para la familia de Jacko no se ha ido una mascota, sino un «miembro más de la familia» «llevaba nueve años con nosotros y era uno más» así lo explica una de las dueñas del pequeño Westy que el pasado domingo en un paseo rutinario por la Avenida de España 2, ingirió algo que le provocó la muerte de manera fulminante.
Jacko de repente comenzó a convulsionar, vomitar y echar espuma por la boca, en tan solo 15 minutos había fallecido. Apenas el tiempo de llegar al veterinario e intentar reanimarlo. La familia del pequeño asegura que se encuentra «destrozada», de hecho ya han acudido a la Policía Nacional, Ayuntamiento y protectoras de animales buscando una explicación y ayuda.
El mismo día, inspeccionaron el lugar donde posiblemente Jacko fue envenenado y encontraron unas «gomitas rojas» pero el veterinario no pudo determinar si estos objetos eran el causante del fatal desenlace. Por otro lado, en las consultas de la familia a parques y jardines les ha asegurado que los raticidas están escondidos en lugares inaccesibles para los perros, por lo que se descartaría la intoxicación.
Al menos, hemos conocido dos más, uno de ellos exactamente en el mismo lugar, una vecina de la familia de Jacko concretamente. Otro perro, ingirió un objeto pastoso provocándole los mismos efectos que a Jacko, con la suerte de que lo vomitó y pudo salvar la vida. Varias víctimas de estos envenenamiento se están poniendo ya en contacto para tomar las medidas oportunas en conjunto. El otro caso se ha dado mientras caminaba desde el Palmarillo en dirección a Santa María Magdalena.
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