El ascensorista imputado por la muerte de Rocío Cortés
La juez imputa al ascensorista del Hospital de Valme tras atribuir la Policía el accidente a un «fallo humano». La Policía descarta fallos técnicos y eléctricos.
Redacción/Última hora
La Jueza de Instrucción número 1 de Sevilla ha citado a declarar como investigado el día 18 de enero de 2018 al operario de la empresa encargada del mantenimiento de los ascensores del Hospital Virgen de Valme donde el pasado 20 de agosto falleció la joven Rocío Cortés cuando era trasladada tras dar a luz a su tercer hijo, finalmente la Policía Nacional haya concluido que el accidente se debió a un «fallo humano» del ascensorista.
En el atestado policial, fechado el 11 de octubre y al que ha tenido acceso Europa Press, los agentes concluyen que, «tras haberse descartado los fallos mecánicos, eléctricos y electrónicos del ascensor (…), la única hipótesis factible de la causa del fatal accidente es un fallo humano producido por una manipulación incorrecta del ascensorista de Orona, F.C.D.».
Fallo humano
Tras observar el registro de llamadas de la red corporativa del hospital, los agentes observan que «hay un intervalo de unos tres minutos, desde que el ascensorista recibió la alerta de la centralita hasta que se produjo el accidente, tiempo suficiente para producirse algún tipo de manipulación en el centro de control del ascensor». Dicha técnica, «consiste en accionar manualmente la palanca de freno del ascensor para hacer que este se eleve cuando se encuentra atrapado entre dos plantas», y se utiliza «de manera habitual por los ascensoristas.
No obstante, «hay que cumplir una serie de medidas de seguridad previas a su aplicación», como desconectar el interruptor general, comprobar en qué posición se encuentra la cabina e informar al pasajero, o comprobar que todas las puertas están cerradas, todo ello «para evitar que el ascensor suba de manera descontrolada, puesto que al aplicar esta técnica se desactivan todos los elementos de seguridad del mismo».
«Sin explicación técnica»
«Si efectivamente se produjo la manipulación del freno de mano, se puede establecer gracias a la declaración del celador que transportaba a la fallecida, que dichas medidas de seguridad no se efectuaron», asegura la Policía, que afirma que «no se ha podido encontrar ninguna explicación técnica al porqué de la apertura de la puerta trasera de la cabina del ascensor siniestrado, quedando abierta la posibilidad de que fuese consecuencia de una manipulación manual».
En el informe de la gerencia del hospital se desgranan todos los datos acerca del ascensor siniestrado y las gestiones llevadas a cabo por el centro hospitalario «desde el mismo momento del accidente», informándose de que el ascensor en cuestión permanece a fecha de hoy precintado a la espera de la juez autorice su puesta en funcionamiento.
Respecto al informe pericial de Atisae, la Policía resalta que los técnicos de este organismo «concluyeron que para que el ascensor se desplazase hacia arriba a gran velocidad estando las puertas abiertas, es imprescindible que el dispositivo de freno se abriera», para lo que plantearon tres hipótesis, como son fallos mecánicos debido a la rotura de elementos que intervienen en la suspensión del ascensor, fallos eléctricos y de seguridades, y fallos electrónicos de la placa de control.
Tras el análisis de todos estos elementos, «se pudo comprobar que no se había producido ningún fallo de los mencionados», desconociendo los técnicos «si por parte del ascensorista se siguieron correctamente las actuaciones para realizar el rescate con seguridad, por lo que no pueden descartar un fallo humano en las maniobras de rescate».
La Policía expone que, debido a la negativa del ascensorista de entrevistarse con el responsable de Atisae a fin de realizarle una serie de preguntas técnicas para aclarar los extremos expuestos, «no ha podido establecer la hipótesis concreta de lo ocurrido el pasado 20 de agosto» en el referido ascensor.