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Montequinto recibe entre aplausos a su atleta Carolina Robles

Tras su regreso de Tokio, dónde ha cumplido el sueño de participar en unos JJOO, llegando a la final de los 3000m obstáculos y quedando en 14ª posición con un tiempo de 9.50.96

La atleta nazarena Carolina Robles ya ha regresado de Tokio tras disputar sus primeros JJOO, y ha sido recibida por los vecinos de su barriada, Montequinto, como la gran heroína que es, ya que ha llegado hasta la final de los los 3000m obstáculos, dónde ha quedado en 14ª posición con un tiempo de 9.50.96.

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Llegar hasta #Tokyo2020 no ha sido un camino fácil, y es que para llegar a la gran cita olímpica, Robles ha entrenado y competido muy duro, quedando subcampeona de España en las vísperas de los JJOO, lo cuál le hizo obtener importantes puntos para el ranking internacional que le permite estar dentro de las plazas para poder acudir a esta competición olímpica. 

Una vez en su cita con los dioses, y en su primera convocatoria en categoría absoluta, Carolina ha realizado un enorme trabajo, pero en la semifinal de los 3000m obstáculos sufrió una caída tras el salto de una valla, cuando aún con el grupo de las corredoras muy compacto, con mucho tráfico, la obstaculista nazarena no pudo evitar la colisión con la canadiense Alycia Butterworth, que se había desequilibrado previamente. Se fue al suelo al no poder esquivarla y dio un costalazo importante en el tartán del Estadio Olímpico de Tokio, pero la quinteña se rehízo rápidamente y prácticamente siguió corriendo como si no hubiera pasada nada cuando sí pasó. Una caída así en una prueba de este tipo limita muchísimo las opciones del atleta afectado, y éste fue el caso de Carolina. Tuvo el coraje de terminar la prueba aunque ya muy alejada de los puestos y los tiempos donde pretendía estar. Ya no pudo reenchangarse a la carrera, pero se batió el cobre en la cola de la misma y peleó hasta el final, dolorida en la espalda y la cadera. Fue penúltima en meta (9.45.37), por delante de la israelí Adva Cohen.

Tras la carrera, los jueces la recalificaron para la final, al entender que era la damnificada de una caída en carrera. En la gran final, la nazarena disfrutó de su merecida presencia, ya que se trataba de un logro increíble que tantos y tantos años de esfuerzo y sacrificio le había costado a la mediofondista de Montequinto, pero sobre todo lo que hizo durante la carrera fue sufrir porque, como luego explicó en declaraciones a Televisión Española, no se encontraba en las mejores condiciones posibles para competir a su mejor nivel a causa de la caída. Acabó decimocuarta (9.50.96), lejos de su marca personal, entendiendo desde el principio que el objetivo no podía ser ya en su caso mejorar su marca personal, sino llegar a la meta a como diese lugar. El escenario, la ocasión y la oportunidad bien lo merecían.

San Rafael

Entendiendo la enorme proeza cosechada en su debut olímpico, vecinos y atletas de Montequinto sorprendieron a Carolina en el Parque de los Pinos del barrio quinteño, viviendo así la atleta su «particular desfile OLÍMPICO». En su cuenta de Instagram, la mediofondista ha querido señalar que «como siempre, llegué al entrenamiento en mi patinete eléctrico, pero esta vez como una «princesa moderna», con la intención de darles una sorpresa: que me vieran vestida con el traje de inauguración. Pero terminó siendo una sorpresa para mí». En este sentido, quiso dar las gracias a sus atletas y vecinos por el enorme apoyo recibido. «Temblando me dejasteis de la emoción», ha concluido.

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