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Igualdad de Género: Entre Percepciones, Realidades y Comprimisos

Sandra Morales Montes, Agente de igualdad, especialista en Igualdad y Género. Exconcejala y miembro de la coordinadora local de Izquierda Unida Dos Hermanas


La reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha arrojado luz sobre la percepción de la igualdad de género en la sociedad actual. Más de 4,000 personas participaron en este estudio, titulado ‘Percepciones sobre la igualdad entre hombres y mujeres y estereotipos de género’, realizado en noviembre pasado.

Entre los datos alentadores destaca el hecho de que una gran mayoría, el 74% de los hombres, considera que la igualdad contribuye a construir una sociedad más justa. Además, más del 90% de los hombres creen que las responsabilidades como llevar a los hijos al colegio, cuidar de familiares enfermos o hacer la compra deben compartirse de manera equitativa entre hombres y mujeres.

Resulta esperanzador observar que el 90,4% de los encuestados apoya que un hombre tome el permiso de paternidad para cuidar a sus hijos durante 16 semanas. Asimismo, el 98,4% de los hombres encuestados consideran correcto que asuman una parte igualitaria de las tareas del hogar. Sin embargo, estos números chocan con la realidad, ya que, como se señala, la teoría no siempre se traduce en práctica.

A pesar de estos avances, la encuesta revela que solo el 48,2% de los hombres cree que las desigualdades de género son «muy grandes o bastante grandes». Este contraste evidencia la necesidad de un mayor reconocimiento y conciencia sobre las disparidades de género que aún persisten.

Uno de los mayores obstáculos para la igualdad, según la encuesta, es la conciliación entre vida laboral y familiar, así como las disparidades salariales y las oportunidades en la vida pública. Existe una brecha perceptiva entre hombres y mujeres, donde las mujeres perciben mayores dificultades en estos aspectos. Un abrumador 81,2% de las mujeres sostienen que la igualdad solo se logrará si los hombres también luchan por sus derechos, subrayando la importancia de la implicación masculina en este proceso.

En el ámbito profesional, la encuesta refleja que la mayoría de las personas no consideran relevante el género de quienes les atienden en situaciones como una operación hospitalaria o la denuncia en la policía. Sin embargo, esta igualdad de percepción no se refleja en las responsabilidades diarias. Aunque se avanza en la aceptación de roles de género más flexibles, la encuesta muestra que los hombres dedican menos tiempo a las tareas del hogar y al cuidado de los hijos en comparación con las mujeres.

Es evidente que queda mucho por hacer para lograr una verdadera igualdad de género. La conciencia y la percepción deben traducirse en acciones concretas en todos los aspectos de la vida, desde el hogar hasta el trabajo y la sociedad en general. La igualdad de género no es solo una lucha de las mujeres, sino una causa que requiere la colaboración activa y comprometida de todos, hombres y mujeres por igual.

En este contexto, las empresas juegan un papel crucial. La implementación efectiva de políticas de igualdad de género y la eliminación de brechas salariales y de oportunidades marcarían un hito significativo en el mundo laboral. Las herramientas están disponibles, pero es imperativo que estas medidas no sean simplemente una obligación legal, sino un compromiso genuino con la igualdad. Las empresas deben ser agentes activos en la promoción de entornos laborales justos e inclusivos.

Por otro lado, este avance no puede lograrse únicamente a través de esfuerzos corporativos. Las administraciones desempeñan un papel decisivo al implementar políticas desde todos los niveles, comenzando por la administración local. La participación activa de los gobiernos es esencial para garantizar que la igualdad de género no sea solo una meta retórica, sino una realidad palpable en la vida cotidiana.

En conclusión, avanzar hacia una sociedad verdaderamente igualitaria requiere una colaboración constante entre individuos, empresas y gobiernos. La igualdad de género no es una batalla que pueda ganarse solo desde un frente; es un esfuerzo colectivo que exige acciones concretas, conscientes y sostenidas en todos los aspectos de la vida. Solo a través de la participación activa de todos los actores sociales podemos construir un futuro donde la igualdad de género no sea solo una aspiración, sino una realidad arraigada en el tejido mismo de nuestra sociedad.

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