Dos goles antes del descanso y uno en el descuento acaban con el sueño copero de Quintanar de la Orden, que vivió una tarde histórica en el Alfonso Viller García
Fue el día grande que todos esperaban, y aunque la lluvia amenazaba con hacer su acto de presencia, eso no impidió que todo el pueblo toledano se echara a las calles para alentar a su equipo, el Club Deportivo Quintanar, que recibía la histórica visita del Sevilla en esta primera ronda de Copa del Rey. La respuesta de los manchegos fue sobresaliente, y es que en apenas tres horas desde que salieran a la venta las entradas, se agotaron. El cartel de «aforo completo» colgaba de las taquillas del estadio, y así, alrededor de 6.000 personas se concentraron en las gradas del Alfonso Viller García, más las que en los alrededores, esperaron la llegada del equipo para animar en la previa del encuentro.
Quintanar de la Orden se convirtió en una fiesta. Fue el día grande que todos esperaban, y aunque la lluvia amenazaba con hacer su acto de presencia, eso no impidió que todo el pueblo toledano se echara a las calles para alentar a su equipo, el Club Deportivo Quintanar, que recibía la histórica visita del Sevilla en esta primera ronda de Copa del Rey. La respuesta de los manchegos fue sobresaliente, y es que en apenas tres horas desde que salieran a la venta las entradas, se agotaron. El cartel de «aforo completo» colgaba de las taquillas del estadio, y así, alrededor de 6.000 personas se concentraron en las gradas del Alfonso Viller García, más las que en los alrededores, esperaron la llegada del equipo para animar en la previa del encuentro.
Las estadísticas estaban en contra. Quintanar jugaba de local, un equipo de sexta categoría del fútbol español (Primera Autonómica Preferente). Y en frente, el Sevilla, todo un heptacampeón de la UEFA Europa League, un Primera División experimentado en la competición copera. Los gritos de «sí se puede», «Quintanar mete un gol» y algún «vamos pitorra» -grito típico de la localidad- bañaban unas gradas a rebosar, cuyos aficionados no dejaron de animar a su equipo en la previa del encuentro y durante los noventa minutos. El resultado, tristemente para el equipo local, y sin sorpresas para el Sevilla, no pudo ir acorde con el júbilo que mostró la afición local, así como la ilusión de los jugadores manchegos.
Desde los primeros compases de encuentro, ya se veía cómo el dominador iba a ser el Sevilla, mientras el Quintanar, aguantaría la tromba de los ataques sevillistas. El primer disparo, sin embargo, no fue hasta el minuto 13, cuando Rafa Mir intentaría aprovechar un mal saque del meta local David Moreno, que acabaría siendo repelido.
Tras llegar el ecuador de la primera mitad, llegaría el primer tanto sevillista, en una jugada colectiva en la que Lamela ponía el balón al área desde la frontal, Óliver la peinaba de cabeza y aparecía Rafa Mir para mandarla al fondo de la red. Pero el Quintanar no se vino abajo, tiró de épica, y hasta cinco saques de esquina tuvieron en diez minutos y en las que los locales Christian y Luismi estuvieron cerca del empate.
A cinco minutos del final, llegó el segundo tanto sevillista, aunque envuelto en polémica. Saque de esquina para el Quintanar que despeja la defensa sevillista y que dejaba a Rafa Mir, Nyland y En-Nesyri solos en campo contrario, después de pillar a los quintanareños en un desajuste defensivo. El balón acabaría siendo empujado a la red por el ex del Leganés, pero el Quintanar y la afición protestó mucho, ya que pedían fuera de juego y falta previa.
Con ese resultado se llegaba al descanso, y en la segunda mitad, más de lo mismo. Ataques sevillistas ante el muro quintanareño. Con la entrada de los cambios, el Quintanar intentó dar la vuelta al marcador. Y los quintanareños no bajaban los brazos, sino que en las contras, se mostraron más ofensivos. El Sevilla, por su parte, siguió creando peligro cerca de la meta de David Moreno, con algún susto de por medio para el cuadro local. Y en el minuto 90, Pedrosa, ponía el 0-3.
Pero no fue suficiente, y el partido acabó con victoria sevillista. Sufrida, eso sí, pues el Club Deportivo Quintanar demostró que la categoría solo es un número, pues plantó cara a todo un campeón europeo y estuvo a la altura de la exigencia del encuentro.
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