No, lo privado no funciona mejor. La maldición de Los Amarillos
«Es la consecuencia de un sistema creado por el cual empresas privadas se encargan de la gestión de los servicios públicos, mediante contratos inflados (511.000 €) en los cuales no están sujetas a casi ningún requisito, y que se firman por plazos que llegan a superar los 5 años, como es el caso de Dos Hermanas, lo cual da lugar a situaciones totalmente penosas».
Tribuna Libre – Manuel Carnerero
Este último mes, entre las declaraciones del Alcalde en Cuatro, o la polémica rotonda de 1.500.000€, han hecho que casi pase por desapercibido un tema crucial para nuestra ciudad, que es la prórroga por un año más del concierto con Los Amarillos, por el cual el Ayuntamiento desembolsa anualmente la friolera de 511.000€ por un servicio de, cuanto menos, dudosa calidad.
Y es que a nadie se le escapa que Dos Hermanas tiene un servicio de autobuses más propio de un pueblo grande que de una ciudad de más de 130.000 habitantes; contando con tan sólo 5 líneas, con una frecuencia de 45 minutos o 1 hora, y que además no cuentan con rampas para el acceso de personas con movilidad reducida ni ventilación (en verano tienen que ir con las puertas abiertas incluso).
Esto, en realidad no es más que la consecuencia de un sistema creado por el cual empresas privadas se encargan de la gestión de los servicios públicos, mediante contratos inflados en los cuales no están sujetas a casi ningún requisito, y que se firman por plazos que llegan a superar los 5 años, como es el caso de Dos Hermanas, lo cual da lugar a situaciones totalmente penosas.
Pero…¿No funciona mejor lo privado que lo público?¿No son los empresarios personas con amplia experiencia en la gestión? Son algunas de las preguntas que nos podríamos hacer, no de forma equivocada, pero la experiencia nos ha demostrado que no, que la gestión privada de los servicios públicos no funciona mejor, pues no es sólo el caso de Dos Hermanas, sino que encontramos múltiples casos como el Hospital de Alzira (Valencia), cuyo coste por paciente es un 10% superior al de la Sanidad Pública, o la gestión del agua en Valladolid, que antes de volver a manos públicas costaba un 20% más.
Todo esto pasa pues, al no estar sujetas casi a condiciones, y debiendo destinar una parte de lo cobrado a beneficios para los accionistas (sumado a los recortes para gastar menos), se presta un servicio más caro y peor que el que darían las administraciones públicas si lo gestionaran directamente.
Ante esto, y volviendo al caso de los autobuses, cabe preguntarse cuál es la solución al problema que arrastran y acarrean a la ciudadanía de Dos Hermanas, reduciéndose las opciones a sólo una; la remunicipalización, que la gestión de los autobuses vuelva a prestarse directamente por el Ayuntamiento.
¿Alguien podría imaginar una Dos Hermanas que contase con un servicio de autobuses propio de una ciudad de 130.000 habitantes , con unos horarios y vehículos que invitasen a usarlos, que no a evitarlos, y que no dejase incomunicado a todo el núcleo de Montequinto y la UPO? Pues sería posible, pero para ello hay que liberarse de ese yugo que es la gestión privada en manos de Los Amarillos, y que el servicio pase a manos públicas bajo un buen equipo gestor.
Y es que tener un buen servicio de autobuses es algo posible, y que también se decide en las urnas, pues si queremos la necesaria remunicipalización de este servicio, habrá que apoyar en 2019 a los partidos que la defiendan, dado que para el actual Ayuntamiento de Dos Hermanas, es algo que ni se les pasa por la cabeza.