Entre Susana Díaz y Toscano hay muchas similitudes, han creado redes clientelares inmensas, riega con miles de euros a entidades religiosas, universidades privadas, grandes empresas, y una política de imagen superficial, mientras Dos Hermanas -como Andalucía- copa los primeros puestos en pobreza y paro a nivel nacional.
Ayer Andalucía vivió una jornada histórica, por muchos frentes, gusten más o menos pero en todo caso histórica. Cayó el susanismo, cayó el PSOE y toda su maquinaria electoral, algo que parecía impensable. Quizás un error de cálculo, de estrategia de campaña y también y sobre todo, el deterioro de la imagen de Susana Díaz y el PSOE en general. Los problemas de la sanidad, los colegios sin climatizar, el enorme paro que nunca termina, el voto en clave Catalana y que 35 años, son muchos años.
Entre Susana Díaz y Toscano hay muchas similitudes, ambos gobiernan con mano de hierro y no permiten disidencia entre sus filas. Han creado redes clientelares inmensas, gobierna como un alcalde de derechas. Riega con miles de euros a entidades religiosas, universidades privadas, grandes empresas, lleva a cabo obras faraónicas -muchas nunca se terminan- y una política de imagen superficial, con grandes rotondas que cuestan cientos de euros sin ninguna utilidad pública, mientras Dos Hermanas -como Andalucía- copa los primeros puestos en pobreza y paro a nivel nacional.
La caída del PSOE en Dos Hermanas es monumental, falta saber si tendrá efecto en las municipales, donde el Toscanismo se batirá entre saber si aguantará, sucumbirá ante el avance la de derecha o por el contrario, Dos Hermanas mirará a la izquierda y por primera vez tendrá políticas de izquierdas y no un disfraz a medida para sus allegados como venía ocurriendo en la Junta de Andalucía.