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Las víctimas del atropello con fuga “¿Cómo puede una persona dormir tranquila sabiendo que aquel día casi nos mata a los dos?».

“Tengo vértigos, mareos, me cuesta un mundo hacer cosas básicas como asearme o simplemente colocar un trapo en su sitio. Me he convertido en una persona totalmente dependiente“

REDACCIÓN

Lucas Márquez Cotán y Antonio Luengo Canales más conocido como “Sito” fueron atropellados la tarde del 26 de noviembre en un día que estaban pasando junto a sus parejas y amigos por Dos Hermanas cuando nada hacía presagiar que ese día cambiaría sus vidas. Ambos fueron atropellados y el  conductor se dio a la fuga. Resultaron heridos de gravedad y dos meses después sigue sin aparecer el culpable. Sus vida han cambiado por las secuelas física y psicológicas que les ha dejado. 

Nos citamos con ambos en la casa de Lucas en la barriada nazarena de Las Ganchozas, Lucas se encuentra en silla de ruedas y con un collarín que debe llevar puesto las 24 horas, Sito, muy afectado psicológicamente con un brazo en cabestrillo con una lesión en el hombro, aunque lo más grave fueron los tres coágulos que tuvo en la cabeza tras el impacto. Los médicos llegaron a tener por su vida, además no recuerda nada del atropello, pues quedó insconsciente. Lucas matiza que su edad es 43 años y no 47 como publicaron algunos medios. 

Sito que apenas sale de casa ha tenido que hacer un esfuerzo para acudir a la cita y relata que «Tenía tres tipos de coágulos. Estuve 15 días hospitalizado en el Virgen del Rocío». Padece un sinfín de secuelas. «Tengo vértigos, mareos, me cuesta un mundo hacer cosas básicas como asearme o simplemente colocar un trapo en su sitio. Me he convertido en una persona totalmente dependiente, que pasa dieciséis horas sentado en el sofá y ocho en la cama. Puedo dormir gracias a las pastillas y psicológicamente me encuentro muy mal, muy afectado. Tengo miedo a salir a la calle, y pánico a pasar por un paso de peatones».

Imagen del vehículo modelo
BMW que causó el atropello

Se dedica a la carpintería metálica desde hace años y lamenta que siempre ha sido una persona muy activa y ahora se siente inútil. Necesita ayuda de su pareja o de sus padres para todo. «No puedo hacer nada. Me acuesto y tengo que estar cinco minutos para que se me pasen los mareos. Me levanto y tengo que esperar otros cinco minutos. He salido a la calle cuatro veces desde el día del accidente», admite. Está a la espera de una operación en el hombro, que en la sanidad pública lleva una lista de espera muy amplia y que le han recomendado que lo haga por lo privado. «Pero cuesta 7.000 euros que no tengo. Si se hubiera localizado al conductor que nos atropelló, habría un seguro que respondería. Pero así es imposible». Ha pedido ayuda psicológica y de momento se siente incapaz de pasar por el lugar del atropello.

Márquez sí tiene guardado en su mente el momento del accidente, que no ha parado de revivir. «Habíamos estado comiendo y yo me había dejado el móvil en el coche, así que decidí volver a por él y de paso me fumaba un cigarro con Sito. Cuando cruzamos escuché a Sito que gritaba mi nombre, ‘¡Lucas!’, y traté de saltar pero me arrolló. Tengo el ruido del porrazo metido en la cabeza. Luego recuerdo que estaba dando vueltas, veía cielo y tierra, estuve subido en el techo del coche, hasta que ya caí al suelo unos metros más adelante. Después todo lo que pensaba es que podía venir otro vehículo y rematarme, y traté de ponerme a salvo». En un pequeño vídeo que este medio publicó, se observa a Luca en el suelo arrastrándose temiendo “que otro coche me rematara porque no me viera tirado en el suelo” 

En un primer momento la policía local se hizo cargo de la investigación para pasar después a la nacional. Ambos echan en falta más información, desde principio de enero no tienen constancia de nada y necesitan saber qué se han revisado todas las cámaras de videovigilancia de la zona y que se sigue buscando al conductor. No entienden por qué se fue, y por qué no apareció a los días siguientes. «Yo entiendo que puede uno asustarse, pero oye, al día siguiente, se para uno y piensa lo que ha hecho, ¿no? ¿Cómo puede una persona dormir tranquila sabiendo que aquel día casi nos mata a los dos?».

José Ángel García / Diario de Sevilla

Detrás de las dos víctimas del atropella venían andando más personas. Ellos no saben quiénes son, pero aprovechan para hacer un llamamiento. «Alguien debió ver algo, aunque sólo fuera un número de la matrícula, con eso nos ayudaría bastante. En esa avenida hay más cámaras de videovigilancia y quizás alguna haya grabado al coche en los momentos previos al atropello, o después cuando se marcha. No puede ser que nadie viera nada». 

Además de todas las secuelas, ambos están de baja en sus empeños y sus salarios se han visto reducidos. Luca, camionero de profesión asiente que  «Además, mi nómina tiene muchos pluses y todo eso lo he perdido. Nos está afectando mucho todo esto, además de que llevo dos meses que no puedo caminar y tengo que estar con el collarín hasta para dormir».

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